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JULIO GUZMÁN, DE OUTSIDER A ÍCARO

March 10, 2016

¿Podríamos hacer un paralelo entre Julio Guzmán e Ícaro? Ícaro quería llegar al Sol y Julio Guzmán quería ser el próximo presidente del Perú. En los campos de la astrología y cosmobiología, el Sol simboliza a aquel que detenta el máximo poder: el presidente de una nación.

Para lograr su ambicioso propósito de llegar al Sol, Ícaro (o Ikaros) mitológico utilizó unas alas construidas por su padre con plumas y cera, y emprendió el vuelo. Siguió ascendiendo, mas, cuando estuvo a una distancia relativamente cercana al astro rey, o el gran poder, las alas de este quimérico joven se derritieron, impidiéndole cumplir su deseo. Julio Guzmán, novísimo participante en la política peruana (apareció como postulante a la presidencia del Perú en 2015), emprendió vuelo rápidamente (se convirtió en un outsider favorito), llegando a sobrepasar el 18% de las  preferencias electorales (febrero 2016), fundamentalmente de jóvenes que buscan construir una nueva sociedad peruana (una Nueva República) sin la asistencia de los “viejos” (del viejo sistema político); pero, luego de haber superado los cuestionamientos iniciales provenientes del máximo organismo electoral, que le permitieron continuar en la carrera electoral para llegar “al Sol” (lo que precisamente quería hacer Ícaro), fue finalmente separado de la carrera electoral en marzo, como resultado de las tachas o impugnaciones interpuestas contra su candidatura por partidos políticos (que obviamente no tenían opciones para superar a Julio G.), y al Jurado Electoral Especial (JEE) no le quedó otra opción que admitirlas, declarando improcedente la candidatura de este outsider.

Pienso que si Julio G. hubiera seguido en la carrera, lo más probable es que hubiera convertido en el presidente del Perú para el periodo 2016 – 2021, pero no pudo lograr su ambición porque los elementos (normas) que utilizó para construir su carrera hacia la presidencia fueron considerados “ilegales”; lo que, en suma, señalan las impugnaciones, algo que los electores no sabíamos –me incluyo en este punto, y queremos imaginar que Julio G. también lo desconocía, por ser “novísimo” en una competencia electoral. Y digo que quiero pensar que Julio G. desconocía los “detalles” de las normas electorales porque, habiendo nacido bajo los influjos de Virgo en su Ascendente zodiacal (la conducta del individuo), él debía estar atento a los detalles, las precisiones y minucias, y no quiero pensar que él sabía del incumplimiento de los “detalles”, y aun así siguió adelante con su campaña, esperando que los electores no nos demos cuenta. Julio G. nació en el momento en que Mercurio sobre su Ascendente recibe una cuadratura de parte de Neptuno, una influencia que hace a la persona soñadora, ilusionista, encandiladora, quimérica y, obviamente, no veraz.

Es curioso, por decir lo menos, que la astrología adjudique a Neptuno el color morado. Julio G. eligió este color para arrollar como una ola: una ola morada.

Neptuno es un influjo que envuelve, engaña, pero esta es una “trampa” en la que no cae Júpiter, el influjo que produce las victorias en toda competencia, sea esta deportiva, científica o política.

El 1 de marzo, señalé desde Milán, Italia, que: “…las once impugnaciones seguramente que las superará en breve para poder seguir adelante y convertirse en el próximo presidente, si logra vencer a la candidata Keiko Fujimori (n. 25 de mayo de 1975, 2:41 p.m., Lima); pensamos que lo hará por el beneficio que está recibiendo de los influjos de Júpiter”. Sí, él estaba y está recibiendo los influjos de Júpiter, pero estos influjos demandan hacer las cosas dentro de lo establecido, dentro de las normas, las leyes y la constitución; si faltan algunos de estos considerandos, “Júpiter no podrá favorecerlo”. En general, si recibimos las influencias positivas de Júpiter, pero hacemos cosas que se consideran ilegales, Júpiter no puede favorecernos a la larga, esto es, llevarnos a la victoria.

Unos días atrás, un excandidato me expresó indignación porque, habiendo sido elegido para integrar una lista congresal, fue apartado de la misma debido a que tiene un “tema” pendiente con el poder judicial”, algo que yo desconocía. Para que él pudiera ser elegido congresista en abril de 2016, le propuse que se mudara de casa y celebrara su cumpleaños en un determinado lugar. La idea de ambas proposiciones, que él las cumplió, era que se sintonizara con los influjos de Júpiter (el símbolo de la victoria y el respeto a la legalidad). Ahora me doy cuenta que no debí aceptar la petición de dicho caballero, pero, qué otro tipo de influjo que no sea el de Júpiter, puedo buscar para un postulante al congreso y la presidencia, siendo este el planeta indicado para dar solución a este tipo de peticiones. Aquí, la lección es: “Si quiero estar alineado con el cosmos, si quiero recibir los beneficios del cosmos, particularmente los de Júpiter, debo someterme a las condiciones que impone el cosmos; en este caso, Júpiter demanda: respeto a la ley y a las reglas; de otra manera, es imposible vencer, ser exitoso, llegar a la meta”.  

Continuando con las influencias de Júpiter, señalé que: “… el segundo hijo de J. Guzmán nació de día [05 de mayo de 2005, 5:55 p.m., Washington, DC], cuando el Sol (símbolo del padre, el jefe, el presidente) se ubicó sobre los 15º de Tauro (el día de la elección, Júpiter se ubicará en posición retrógrada sobre los 14º30’ de Virgo). La influencia de este hijo se mantiene hasta cuando su tercera hija tenga aproximadamente 10 años de edad; por lo tanto, el nacimiento diurno se impone sobre el nocturno, y, en suma, protege al padre (J. Guzmán)…”. Es decir: “Las influencias del Júpiter del segundo hijo de J. Guzmán deberían imponerse sobre las influencias del Júpiter de su tercera hija (13 de enero de 2015, 9:52 p.m., Lima), pero esto no  pudo ser así para este outsider Ícaro, debido a que violó una de las normas que impone la ley electoral del Perú a los candidatos que aspiran a la presidencia en 2016.

Lo que expongo en el presente párrafo (respaldado por el correo de una amistad muy cercana a la familia Guzmán, quien me refirió: “La segunda esposa sí tuvo pérdidas. … Yo aún mantengo tu primera teoría de que el nacimiento nocturno de su tercera hija… es lo que frustra su gran camino”) es la aplicación de la teoría del euritmo a los casos de las influencias de los hijos sobre sus padres: las pérdidas de embarazos de la segunda esposa de Julio G. anteriores al nacimiento de la tercera hija, hacen que el segundo hijo de Julio G. no produzca efecto positivo alguno sobre su padre. Es la última pérdida de embarazo la que “controla los movimientos” de Julio, y lo hará hasta que se cumpla el lapso que media entre dicha pérdida y el nacimiento de la tercera hija... Y, si Julio G. no tiene pronto un cuatro hijo, que nazca eurítmicamente, no solo no podrá alcanzar la victoria presidencial en 2021, sino que sus actividades profesionales irán cuesta abajo porque será “dominado” por el nacimiento nocturno de su hija (la noche que nació esta tercera hija, el Sol, símbolo del padre, recibió las influencias de Júpiter, que se ubicó sobre los 20º del León. Los 20º del León, simbolizan a Sísifo, el personaje al que le es imposible alcanzar la cima de la montaña. Habremos de tomar esta simbología como la imposibilidad de que él corone sus metas, y de que coronemos nuestras metas si nos encontramos en esta situación).

Pero, centrémonos en Ícaro (en el catálogo de asteroides de Apolo: Icarus 1566). Julio Guzmán nació en el momento en que el Sol, Marte, Ícaro y Lilith se ubicaron en el signo del León, el Sol sobre los 7º53’, Marte sobre los 8º31’, Ícaro sobre los 13º42’ y Lilith sobre los 19º00’.

Ícaro influyó sobre Marte y este último sobre el Sol, para que Julio G. aspire, ambicione, sueñe con volar hacia el Sol (la presidencia). Bueno, hasta este punto no hay nada negativo, pero lo que viene sí lo es.

Entre el 12 de enero y el 11 de marzo de 2016, Ícaro recorre el signo del Aguador, afectando negativamente “a todo” lo que se sintonice con el León, signo al que pertenece Julio G., impidiéndole que consiga sus deseos y ambiciones: la presidencia del Perú. Fue durante este tiempo que las máximas autoridades electorales del Perú (el Jurado Electoral Especial  –JEE– y el Jurado Nacional de Elecciones –JNE) rechazaron por primera y segunda vez la candidatura de Julio G.  Alegóricamente, el Sol derritió las alas de Ícaro, precipitando su caída al mar: el Sol (el poder electoral) derritió las intenciones de Julio G. (del “Ícaro Julio”) impidiendo que continúe en la carrera electoral… ¿Y cómo quedan los jóvenes que estaban apoyándolo y los que iban a sumarse si proseguía con su candidatura? Más allá de la coyuntura electoral, Julio G. es responsable de lo que estos jóvenes vayan a hacer y dejen de hacer en los próximos años.  

A continuación, enumeramos las acciones del JEE y JNE:

19/02: El JEE declara inadmisible la fórmula presidencial encabezada por Julio G.

25/02: El JEE falla a favor de la fórmula presidencial de Julio G., al considerar que se subsanaron las observaciones relativas a irregular inscripción de la agrupación política que lidera J.G.

28/02: El JEE admite nueve de las once tachas interpuestas contra la candidatura presidencial de Julio G.

04/03: El JEE declara fundadas diez tachas presentadas contra la candidatura presidencial de Julio G., señalando (y contradiciendo su resolución anterior) que la candidatura presidencial de Julio Guzmán no puede continuar.

08/03: El JNE falla, declarando improcedente la inscripción de Julio G. como candidato presidencial. ¿Pensó el JNE en el futuro de los jóvenes que respaldan la candidatura de J.G.? ¿Pensó el JNE en el protagonismo de los jóvenes de hoy durante la próxima década en el Perú, la década en la que la República puede hacerse añicos?

A continuación, también proporcionamos las ubicaciones zodiacales de Ícaro, entre el 10 de enero y el 20 de abril. Véase el desplazamiento de Ícaro por el Aguador, justo durante el tiempo en que se presenta una serie de rechazos a la candidatura de Julio Guzmán:

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Para que no digamos que es una simple coincidencia y pensemos en considerar en nuestros estudios al asteroide Ícaro, señalaremos que el candidato César Acuña (n. 11 de agosto de 1952), que ocupaba la segunda posición en las preferencias electorales hasta que los encuestados optaron por Julio G., también vio derretidas sus alas electorales: pretensiones presidenciales, cuando el JNE le impidió continuar la carrera electoral el 8 de marzo. Los sucesos de su “aparatosa caída”, por no respetar las reglas impuestas por la entidad electoral ocurrieron durante el mismo periodo que la Julio Guzmán. Sucede que César Acuña también es nativo del signo del León (su Lilith, Sol, Mercurio y Plutón caen dentro del León).

Pero no debemos asociar los sucesos de tipo Ícaro de Guzmán y Acuña con el síndrome de Ícaro, mejor conocido como el síndrome del triunfador, que, en suma, corresponde a las acciones que el triunfador realiza para “traerse abajo” el éxito alcanzado. Las acciones del presidente Ollanta Humala y su gobierno son un ejemplo de lo que estoy expresando.

Ollanta Humala nació (el 27 junio de 1962, a las 03:30 a.m., en Lima) en el momento en que el Sol se ubicó sobre los 05º13’ del Cangrejo e Ícaro sobre los 29º25’ de los Peces, formando una distancia inarmónica (cuadratura) entre ambos astros. Él inauguró su mandato (el 28 de julio de 2011, a las 10:57 a.m., Lima) en el momento en que  Sol se ubicó sobre los 05º15’ del León e Ícaro sobre los 06º18’ del Aguador; es decir, que entre ambos astros también existe una distancia inarmónica (oposición) “más negativa” que la de su nacimiento.

Es probable que la idea de ser presidente no haya nacido de Ollanta Humala (como naciera la de Ícaro de utilizar las alas ideadas por su padre para volar hacia el Sol), pero, ya en la presidencia, sus acciones nos indican que él no se mantiene en el nivel de estadista que ha alcanzado; prácticamente durante todo su mandato, él viene repitiendo acciones que solo persiguen traer por los suelos su triunfo de presidente de la República del Perú. Las acciones de Ollanta H., comparables a las de un leñador que corta un árbol, están trayéndose abajo la economía del Perú. En este punto reside la importancia de que el próximo presidente juramente su cargo a la 1 y 30 de la tarde; si lo hace, la economía del Perú volverá a colocarse en el alto nivel en que se encontraba hasta el año 2011; mas, si el próximo presidente juramenta su cargo de administrador del Perú al mediodía, lo único que conseguirá entre los años 2016 y 2021 es aventar a la economía a “un pozo sin fin”, llevarla hacia una contracción aún más crítica, y –porqué no decirlo– hacia un enfriamiento generalizado o una recesión. Ampliaremos este punto en el artículo: “Si la juramentación del 28 de julio de 2016 tiene lugar a la 1:30 p.m., el Perú se va para arriba; en caso contrario, el Perú se va para abajo”. Como un adelanto de por qué el próximo presidente debe de juramentar a la 1:30 p.m., véase el siguiente mini video:


Milán, Italia, 10 de marzo de 2016

Ruben Jungbluth
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