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January 11, 2024
A lo largo de mi carrera como coach cosmobiológico, cientos son los casos que llegan a mi cada año. Sin embargo, debo confesar que cada historia que se me presenta es más sorprendente que la otra. Se dice que el presente de una persona es el resultado de las decisiones tomadas en el pasado, pero ¿qué sucede cuando ocurren acontecimientos que nos involucran directamente y no tenemos conocimiento de ello?
Cuando todo es color de rosas
Hace 4 años conocí a Roberto, un empresario de Colombia dedicado a la exportación de alimentos a Europa. Según me contó Roberto, su vida había tomado un rumbo bastante airoso. Luego de establecer su empresa en Bogotá, había formado una familia estable con un hijo de 2 años, fruto de la relación de más de 7 años con su esposa. Parecía haber conseguido el éxito que siempre había anhelado: una lujosa casa, autos y un negocio que se perfilaba a seguir creciendo.
Como lo menciono siempre, a veces el éxito nos ciega y hace que entremos en una etapa de exceso de confianza y vanidad al igual que Ícaro, personaje de la mitología griega que nos recuerda que hasta las torres más altas caen.
El inicio del declive
Cuando Roberto llegó a mi consultorio, presentaba un cuadro grande de estrés debido a la caída que había sufrido su negocio. Su producción había descendido a un 40% de su capacidad y no podía pagar los préstamos que había recibido de los bancos, por lo que tuvo que mudarse a un departamento más pequeño y vender algunos de sus autos.Grande fue mi sorpresa, cuando al preguntarle por la hora de nacimiento de su único hijo, me indicó que el niño había llegado al mundo 15 minutos después del mediodía, un rango de hora ideal para dar la bienvenida a un hijo y que el padre se beneficie grandemente. Le pregunté sobre posibles pérdidas de embarazo que hubiera tenido su esposa, y me respondió que no habían pasado por esa situación.
Después de analizar su carta astral, le recomendé adoptar una mascota, acontecimiento determinante en la vida de las personas como lo señalo en mi teoría del Factor 3M del Éxito. Asimismo, le indiqué que la entrada de esta mascota a su casa sea en un día y hora determinados para asegurar que la prosperidad llegue nuevamente a su hogar. Terminada la consulta, Roberto se fue entusiasmado y con la esperanza de que las cosas volverían a la normalidad. Sin embargo, a mediados del 2019, me contactó nuevamente y por el tono de su voz percibí que estaba desalentado y algo ofuscado. Me contó que estaba decepcionado de la cosmobiología, ya que la adopción de su mascota no lo había ayudado a relanzar su empresa.
Sucesos que determinan nuestro destino
En la segunda sesión con Roberto, esta vez por Skype, analizamos juntos su carta astral y la de la adopción de su mascota, pero no encontré nada que me indicara que él tendría que estar mal. Confieso que me sentí algo confundido, pues las astros señalaban que la mascota tenía que levantar su negocio. No obstante, casi al dar por finalizada la sesión, Roberto me confesó un suceso que fue clave para decretar el por qué de su estado actual. Me contó que en el 2017 tuvo una relación extramatrimonial con una dama que conoció por Internet.
El tiempo de salidas con ella no duró mucho, por lo que Roberto no le tomó importancia. Además, luego de dar por terminada la relación, ella desapareció. Un buen día, a través las redes sociales, Roberto vio a la dama sosteniendo en sus brazos a una criatura de poco más de un año. Él la contactó y ella le confesó que era su hijo. Como Roberto tenía conocimiento acerca del repercusión de las horas de nacimiento de los hijos en sus padres, le preguntó a qué hora nació esa criatura y le dijo que nació de noche. Aquí, la razón por la cual Roberto, cada día que transcurría, caía y caía como en un pozo sinfín, y lógicamente la mascota sin poder ayudarlo.
Según mi teoría del Factor 3M del Éxito, el nacimiento de un bebé puede traer la prosperidad a la vida del hombre, pero también puede arrebatársela.
